Productividad tóxica Autoexplotación Autoexigencia
Perfeccionismo Gestión del tiempo
Te incluyo un vídeo y un articulo del filósofo coreano Byung-Chul Han para la reflexión. PINCHA AQUÍ
Síntomas de la autoexigencia
Síntomas de carácter más físico como desvitalización, problemas de sueño o dolores de cabeza;
Síntomas emocionales como ánimo deprimido, irascibilidad, ansiedad/preocupación por futuras situaciones laborales o personales.
Síntomas cognitivos, esto es, pensamientos como creencia de que no valgo, que no soy suficiente para mi familia o el trabajo…»Incluso también la autoestima suele verse afectada y son muy comunes los sentimientos de angustia, frustración y rabia».

Me doy cuenta…
Haciendo mi propia autoreflexión me doy cuenta de 4 cosas importantes:
1) Si me pillo en la inercia del automatismo y en mi inercia hacia la vorágine del trabajo excesivo puedo echar el freno y reajustar el ritmo. Vuelvo a la pausa y de ahí a la calma. ¿Te pillas en esos momentos? ¡Pruébalo!
2) Priorizar lo importante me ayuda a soltar lo que es prescindible, a soltar la rigidez de la autoexigencia de querer estar en todo y hacerlo bien. Acepto con mucha amabilidad hacia mi que tengo mis limitaciones y está bien así. De verdad, ¡es liberador!
3) Agendar el autocuidado es imprescindible. Ahora que soy autónoma y me puedo organizar mi tiempo he decidido que los lunes será mi día de descanso. ¿Qué espacios te quieres agendar?
4) Activar mis sentidos me ayuda a conectar con el momento presente y desactivo mi red neuronal por defecto (el piloto automático). Mirar al infinito (al cielo), acariciar a mis gatos, oler una fragancia, degustar una mandarina muy despacio, escuchar los sonidos del ambiente sin pretender encontrar sonidos agradables…hay los sonidos que hay y escucharlos me permite descubrir cosas nuevas y estar en el ambiente de otra manera. ¿Has probado a activar tus sentidos en el día a día? ¡Experiméntalo!
Os incluyo un artículo interesante con claves y reflexiones sobre la gestión del tiempo.

Nuestras anclas a la vida: presencia y no hacer
Volver a lo sencillo, a lo básico, es nuestro chaleco salvavidas, nuestra ancla para poder vivir realmente y disfrutar de este precioso tiempo que tenemos. Para ello, rescato dos reflexiones interesantes de Byung-Chul:
- «Sin la presencia del otro, la comunicación degenera en un intercambio de información: las relaciones se reemplazan por las conexiones, y así solo se enlaza con lo igual; ¡lo igual no duele! La comunicación digital es solo vista, hemos perdido todos los sentidos».
- «Es necesaria una revolución en el uso del tiempo. La aceleración actual disminuye la capacidad de permanecer: necesitamos un tiempo propio que el sistema productivo no nos deja; requerimos de un tiempo de fiesta, que significa estar parados, sin nada productivo que hacer, pero que no debe confundirse con un tiempo de recuperación para seguir trabajando; el tiempo trabajado es tiempo perdido, no es tiempo para nosotros».