El poder de la escucha

¡Bienvenid@!

Tu espacio – Creando valor

Esta semana leía a José Luis Antúnez en la suscripción de los domingos «Claves para entender» de Jesús Terrés y decía lo siguiente: “Hoy día para las empresas ya no basta con trabajar el ser, estar y hacer. Necesitas conciencia y crear relaciones íntimas de confianza. Necesitas importar a alguien”. Marcas que importen. Personas que importen.

Este Blog la inicié precisamente para crear un espacio para ti, para mi, para nosotr@s, para crear valor y construir un espacio común de confianza. No sé si habréis resonado con algunas de las cosas que os he ido compartiendo. Lo que sí sé es que cuanto más me compartís más aprendo de vuestras experiencias e intuyo que será lo mismo para los demás.

Es por ello que traigo en esta ocasión el valor de la ESCUCHA como canal para crear esa confianza que tanto anhelamos en los vínculos que creamos.

P A U S A

La escucha atenta

¿Alguna vez has tenido la experiencia de hablar a alguien y descubrir que esa persona no te estaba escuchando?

Puedes adivinarlo por su expresión facial y lenguaje corporal. Te repiten las cosas o están esperando a saltar y decir la suya. Sólo escuchan sus propias ideas o están inmersos en ellas. Si escuchasen con atención la conversación sería más productiva y conectarían con la otra persona, contigo.

La escucha atenta hace que la otra persona sienta que comparte sus emociones y su problema y, por tanto, ofrece confianza, suaviza los conflictos y las emociones.

Las interrupciones son otro problema en las conversaciones. ¿Interrumpes a tu interlocutor? Si descubres que lo haces con afirmaciones del tipo «Ah, sí, eso mismo me pasó a mi cuando…» eso significa que tu atención está centrada en tus propios pensamientos, no en lo que te está contando la otra persona. Es una escucha centrada en el yo. No está ni bien ni mal, pero es interesante observarlo.

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«Las conversaciones no consisten en buscar oportunidades para hablar, se trata de entender lo que la otra persona está compartiendo contigo».

P A U S A

¿Cómo trabajar la escucha con Mindfulness?

Reflexión y observación
¿Te has parado a reflexionar alguna vez sobre desde dónde escuchas?

¿Escuchas desde el yo, desde el tú o desde el nosotros?

¿Desde el miedo, la rabia, la empatía o la ecuanimidad?

¿Quieres aprender y generar algo con la otra persona o tener la razón y/o mantenerte en el «ya me lo sé»/»siempre es lo mismo»?

Ejercicio 1

La escucha atenta es como una meditación.
En una conversación observa dónde está tu atención. Observa si está en tus pensamientos o en la actitud de comprender al otro y en generar un entendimiento mutuo. 

Cuando tu mente se disperse hacia otros pensamientos, recupera tu atención de manera amable, una y otra vez, trayéndola a la respiración y de ahí la llevas a los sonidos (a lo que te está contando la otra persona).

Ejercicio 2
Ejercicio práctico

1. Prepárate para la comunicación. Practica una breve pausa atenta; o respira profundamente varias veces; o conecta con alguno de tus sentidos.

2. Deja a un lado los juicios. Si te aferras a tu opinión mientras la otra persona te habla, no la estarás escuchando: tu atención estará centrada en el juicio. Si no puedes evitarlo, prueba a etiquetar el pensamiento con la palabra «juicio» y apárcala en la nube un rato. No tienes que estar de acuerdo pero tampoco juzgarl@.

3. Presta atención a la persona que te habla. Fíjate en las palabras y en el tono de voz.

4. Si asientes con la cabeza o dices «sí» o «ah» se sentirá más cómod@ y sabrá que lo estás escuchando, que no estás en las nubes.

5. Mantén una actitud curiosa y demuéstrala. Puedes hacerle preguntas y demostrar tu curiosidad. Es mostrar tu auténtico interés.

P A U S A

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